EL DROGAS "Barricada 40º" (Madrid, Sala La Riviera 26-05-2023)

EL DROGAS "Barricada 40ª" (Madrid, Sala La Riviera 26-05-2023)

CRÓNICAS CONCIERTOS

Fernando Villacé

5/28/20238 min read

EL DROGAS: “BARRICADA 40º

(Madrid, Sala La Riviera 26-05-2023)

Recuerdo que a principios de los 80 todos los que disfrutábamos de la música “ruidosa” nos veíamos casi obligados a elegir entre dos bandos, o eras punki o eras jebi. Hasta que llegaron desde Pamplona unos tal Barricada que nos despistaron un poco a todos, ya que eran una especie de jebis que sonaban a punkis o una especie de punkis que sonaban a jebis, el caso es que en pocos años acabaron convenciéndonos a todos, siendo posiblemente el primer grupo que logró la “misión imposible” de gustar a ambos bandos.

Su carrera fue creciendo pasito a pasito y sobre todo concierto a concierto, que es donde mejor mostraban esa rabia y rebeldía que les venía de serie. Disco a disco fueron ganando más y más adeptos llegando a su culmen a principios de los 90 con sus trabajos “Por instinto” y “Balas blancas”, con los que consiguieron sus mayores cuotas de popularidad y ventas (Disco de platino incluido).

Si personalmente tengo algo que agradecer a Barricada, es que junto a otros grupos como Los Suaves, Platero y Tu, … me sirvieron de “refugio” durante los duros años en los que el Grunge se apoderó de toda la escena rockera y borró del mapa casi todo lo que me había gustado hasta ese momento.

Ciertamente, tras la abrupta e inesperada ruptura de Barricada en 2011, su adiós en 2013 y el triste fallecimiento de Boni en 2021, pensé que nunca más podría volver a disfrutar en vivo de todas aquellas canciones que me sabía de memoria de tanto escucharlas tanto en disco como en directo, así que en cuanto vi que El Drogas iba a hacerlo posible, no pude negarme a la tentación.

Barricada sin Boni, sin Alfredo y sin Fernando, nunca van a ser “mis Barricada”, pero sin duda es una gran oportunidad de acercarse a aquellas sensaciones y revivirlas de nuevo.

Con el Drogas puede pasarte un poco como con tu mujer o cualquier otro familiar o amigo cercano, lo ves tan de continuo en los medios que parece que siempre está igual y que no envejece, hasta que te encuentras una vieja foto en una heavy rock o en la contraportada de uno de tus discos y ves lo poco que queda de aquel delgaducho, descamisado, con cara de malo y un enorme bajo que parecía no poder ni sostener, pero eso por fuera, porque por dentro parece mantener ese fuego que le hace tan especial. Hace tiempo que acertadamente se desprendió de su bajo y dedica todas sus fuerzas a cantar y a mover al público, porque si hay algo que realmente no ha cambiado en Enrique Villarreal, es ese magnetismo natural que tiene para atraer a las masas.

Tras los preliminares propios de “una noche de rock&roll de las grandes, con los alrededores vestidos de gala “rockera”, las cervecillas con los amigos, …. (por cierto, para rememorar al 100% mis antiguas veladas con los Barricada, me atreví a pedir un calimotxo, pero cual fue mi sorpresa cuando ya no lo sirven, así que mi gin tonic tuvo que hacer las veces de tal preciada bebida en mi juventud), llegó la hora y con la conocida risa maligna del Drogas que da pasa a “La silla eléctrica” ya empezó a temblar la Riviera, que buenos recuerdos me trae siempre este tema, entre otras cosas porque daba nombre a un programa de rock de Radio Benavente que era donde yo podía escuchar mi tipo de música preferido. Acompañando a nuestro maestro de ceremonias, estaba su banda habitual el Flako al bajo, Txus Maravi a la guitarra y Brigi Duque a la batería, banda muy compenetrada y a la que se ve disfrutar sobre el escenario como si los temas fuesen de su propia cosecha. Mención especial a Txus, que tiene el difícil papel de hacernos olvidar que los temas fueron originalmente concebidos para dos guitarras.

La siguiente en sonar fue otra del primer disco, “Esperando en un Billar”, es curioso que, aunque algunas de estas canciones no las hayas escuchado en 15 ó 20 años la letra te sale sola como si vinieses escuchándola en el coche sólo unos minutos antes. Sin presentación previa ni prácticamente descanso entre tema y tema, fueron cayendo clásico tras clásico con esa comunión perfecta entre el público y El Drogas, que ha permanecido intacta desde los conciertos que presencié allá en los lejanos 80. Me imagino que el gran mérito en esta ocasión, son estas canciones que hace mucho dejaron de ser de Barricada para ser de todos, pero definitivamente El Drogas tiene un don difícil de explicar, ya que sin prácticamente mediar palabra y con sólo sus típicos “agusto” de vez en cuando, nos tenía a todos a sus pies. Siguieron “Barrio conflictivo”, “Mañana será igual”, “Contra la Pared” y la vacilona “No sé que hacer contigo” que se suceden sin respiro, los simples acordes iniciales de cada uno de los temas sirven para que los reconozcamos.

A continuación “Bahía de Pasaia”, aquel tema que sorpresivamente les censuraron en su día y que consiguió convertirse en clásico a base de directos, “A toda velocidad” es como iba esto, sin un momento para respirar y menos con escuchando uno de mis temas favoritos. “Deja que esto no acabe nunca” es un de los momentos en los que El Drogas se toma un respiro debido a lo pausado del tema y que gran parte de él lo canta el público.

Ya he comentado que para mí ha sido un acierto que El Drogas dejase el bajo, eso le permite mucha más movilidad y libertad por el escenario que le permite ir de lado a lado de éste animando al público o acercarse al resto de los componentes del grupo para trasmitir más confidencialidad entre los músicos si cabe, así que llevamos ya 10 temas y al Drogas todavía no le veo nada “Sofokao” para un tío con 63 años y para el ritmo con el que había comenzado la la noche. “La tierra está sorda” es posiblemente el disco que menos he escuchado de los Barri, pero “Pétalos” en directo funciona realmente bien, al igual que la siguiente en sonar “No sé muy bien por qué”, otro momento para darse un pequeño respiro.

“Problemas” es lo que tuvo mi próstata en este momento, así que tuve que perderme parte del tema para ir a expulsar mi agüita amarilla, fui todo lo deprisa que puede para no perderme ni detalle, pero a mi vuelta tuve que enfrentarme a lo único que no me gusta de la Riviera (La puta palmera), aun así, disfruté mucho de “Ninguna bandera” y sobre todo de “Víctima”, para mí uno de los mejores estribillos de Barricada y que en directo se convierte en uno de los mejores momentos.

Por suerte consigo recuperar mi sitio para presenciar mi tema favorito, “Rojo”, que sonó como un tiro y en el que no eché de menos las dos guitarras, a la cabeza se me vino un trozo de una corrida de toros que por casualidad he visto recientemente en la TV y lo que me impactó el cruel proceso en sí y ver al toro totalmente ensangrentado.

Los clásicos siguen cayendo sin parar, pero las fuerzas y ganas de más siguen intactas, los siguientes son “Por salir corriendo”, “Sean bienvenidos” (Uno de mis favoritos de la última etapa de la banda), “Objetivo a rendir” que posiblemente sea el que más me recuerda a Boni y que con ese “1,2,3 fuego” es ideal para el directo, “Tentando a la suerte” y “Campo amargo” cierran este bloque.

Emoción especial con “Lentejuelas” ya que es el tema con el que conocí a los Barri y que también me recuerda a Boni, inmediatamente llega “Cuidado con el Perro” y “Tan fácil” que no es de mis temas favoritos pero que fue de los que les dio a conocer tras fichar con Polygram y que en directo funciona muy bien. Ahora toca uno de los temas más representativos de la banda y por el que me enfadé bastantes veces que los vi en directo en el pasado ya que no lo tocaban, y que no es otro que “Okupación”, una sorpresa para mí ya que es “musicalmente” uno de los temas que más disfruto y tenía mis dudas de poder escuchar. “La hora del carnaval” es sin duda uno de los momentos destacados de la noche, si ya antiguamente la cantábamos casi íntegramente el púbico, ahora con más razón. Siempre me ha resultado curioso que una de las canciones que más disfrutamos de Barricada, grupo reivindicativo por excelencia, sea “Todos mirando”, cuya letra me recuerda a “una mujer en el armario” de Rafaella Carrá. Nueva explosión de todos los allí presentes cuando se escucha ese riff tan popular que precede a “hacedle fotos, tomadle las huellas, miradle bien los dientes….”, o sea “Oveja Negra”. Si alguien creía que eso no podía ir a más, era porque no sabía que luego venía “No hay tregua”, con ese estribillo tan icónico como controvertido. Los viejos del lugar ya sabemos que el final de la primera parte llega tras “Esta noche”, con todos cantando ese contagioso estribillo mientras nuestros héroes de la noche van abandonando uno a uno el escenario, recurso ya utilizado en su mítico disco “Directo” de 1990.

Tras un breve descanso no puede haber mejor tema que “Esta es una noche de Rock & Roll” para celebrar lo que allí se estaba viviendo, sin duda uno de los temas más representativos no sólo de Barricada, también de todo nuestro Rock, “Animal caliente” es otro de mis temas favoritos y que el público cantamos a pleno pulmón, aunque ya va señalando la puerta de salida, que no puede ser otra que “En blanco y negro” su tema más conocido e ideal para cerrar esta inolvidable noche de Rock & Roll y en el que El Drogas nos dirige con sus bastones a modo de batutas, coordinando una perfecta orquesta formada por todos los que allí disfrutábamos de su tema más conocido.

Si hay algo que no me gusta en la actualidad en los conciertos, es que a poco que veas las redes ya sabes cuándo van a terminar, ya la gente ni se anima a pedir “otra, otra, otra”, que para mí era uno de los momentos más emocionantes antiguamente, incluso el grupo te repetía algún tema si se les había acabado el repertorio. Actualmente parece que los conciertos están tan programados como la propia sociedad actual dando poco lugar a las sorpresas. Así que una vez que sonó en “Blanco y Negro“ y las luces se encendieron al sorpresivo ritmo de Las Grecas, sabíamos que regresábamos al 2023 en nuestro particular “delorían” en el que se convierten este tipo de conciertos para los que llevamos tanto tiempo en esto.

En fin, casi dos horas y media sin parar de cantar, saltar y botar cómo si a todos los cuarentones y cincuentones que llenábamos la sala nos hubiesen quitado 25 ó 30 años de encima y se hubiese congelado el tiempo ¿Hay mejor medicina? ¿Se puede pedir más?

Gracias Drogas, gracias Barricada, gracias Rock & Roll

Texto y fotos: Fernando Villacé para La Hora del Rock Radio y Defensores de la Fe del Metal