SCORPIONS + PHIL CAMPBELL AND THE BASTARD SONS (Madrid 16/07/2024)

SCORPIONS + PHIL CAMPBELL AND THE BASTARD SONS (Madrid 16/07/2024 Wizink Center)

CRÓNICAS CONCIERTOS

Fernando Villacé

7/19/202414 min read

Versión Audio

En principio no tenía previsto acudir a este concierto ya que prácticamente di por despedidos a los alemanes Scorpions la última vez que los vi en el Rock Fest de 2019,… peeeero!!! tras anunciar que el concierto iba a rememorar el 40 aniversario de “Love at First Sting”, mi álbum favorito de la banda y uno de los que me introdujo en este tipo de música, ya me lo empecé a pensar, el resto lo ha hecho el puñetero algoritmo del “caralibro”, que sabe bien donde apuntar, recordándome todos los días durante el último mes y medio que ya habían vendido el 90% del aforo y que no me lo podía perder, eso sumado a la buena forma en la que vi a los “septuagenarios” Judas Priest y Saxon en el Rock Imperium y la morriña que me dio volver atrás en el tiempo, hizo que pillase una de las últimas entradas que quedaba a la venta para comprobar si “El amor al primer picotazo” que supuso ese maravilloso álbum en los lejanos 80, permanecía 40 años después con ¿El último picotazo?.

Aunque era martes, las horas previas al concierto ya se respiraba el ambiente de las grandes ocasiones a los alrededores del pabellón, con cientos y cientos de heavies llenando las terrazas de los aledaños, eso sí, la media de edad mejor no la comento para no entrar de nuevo en el debate de si esto se está acabando, creo que yo con 54 era de los más jóvenes.

PHIL CAMPBELL AND THE BASTARD SONS

(Preparando el cambio generacional)

(Puntuación 7,5)

Aunque llegamos con tiempo supuestamente suficiente para la actuación de Phil Campbell y sus bastardos, no pudimos presenciar los dos primeros temas, ya que al tener mi compañero y yo las localidades en distintos sectores nos tuvieron que reubicar para poder estar juntos, perdiendo más tiempo del previsto. Quiero aprovechar la ocasión para agradecer al personal de seguridad y a los voluntarios de la ONCE su comprensión y la buena labor que realizan para la gente que lo necesitamos.

La única vez que había visto a la banda se había dedicado a interpretar únicamente canciones de Motorhead, con lo que tenía ganas de escuchar como suenan sus propios temas en directo, aunque a decir verdad poco pudimos presenciar ya que sólo dispusieron de media hora y, a mi parecer, se recrearon más de la cuenta alargando la cover de “Born to Raise Hell” y otro momento, que bien podrían haber aprovechado para mostrarnos una o dos canciones de cosecha propia.

Al parecer al principio no sonaron todo lo bien que deberían, pero por suerte cuando nosotros llegamos a nuestras localidades si que había un buen sonido, cosa de agradecer ya que las bandas teloneras no siempre tienen esa suerte.

Lo poco que pude presenciar (4 temas) sonó realmente bien, Phil ha optado por seguir con ese Heavy Rock sucio, cañero y directo que practicaba con su banda madre y sus temas “High Rule” y “Strike the Match” encajaron perfectamente entre las buenas covers que realizaron de “Born to Raise Hell” y del siempre aclamado “Ace of Spades”, con el que se despidieron por todo lo alto.

Aunque Phil Capmbell sea el alma máter de la banda, deja brillar a todos sus bastardos, como si fuese consciente de que más pronto que tarde llegará el inevitable cambio generacional.

Curioso oír en la presentación de la banda tantas veces el apellido Campbell, convirtiendo al vocalista Joel Peters en el único “bastardo adoptado”.

Cómo ya he dicho, se me hizo muy corta la presentación, en la que considero deberían haber aprovechado para mostrarnos algún tema más en vez de alargar tanto alguna cóver.

Setlist:

We're the Bastards

Freak Show

High Rule

Born to Raise Hell (Motörhead cover)

Strike the Match

Ace of Spades (Motörhead cover)

SCORPIONS

(Amor al ¿último? picotazo)

(Puntuación 9,5)

No estaba del todo contento por el sitio en que nos habían reubicado a los que necesitábamos ir acompañados, aunque era comprensible que hubiesen reservado esa zona ya que el pabellón estaba prácticamente lleno y había pocos huecos donde hacerlo. Nunca había visto un concierto tan escorado, casi en línea con el escenario, perdiendo prácticamente toda la visibilidad de la parte central del mismo incluyendo la inmensa pantalla, pero por otra parte se apreciaban perfectamente las evoluciones de los músicos a una distancia prudente, con lo que se podía convertir en un sitio ideal para poder hacer fotos y vídeos decentes, así que me lo tomé “como una nueva experiencia” y la oportunidad de vivir un concierto de otra forma, además siempre quedaba la alternativa de ir buscando un sitio mejor si no nos acababa convenciendo del todo.

Con el pabellón casi a oscuras, exceptuando las luces frontales del escenario que iluminan al público, empieza a sonar “Legs” de ZZ TOP indicándonos que la cosa estaba a punto de comenzar, el pabellón se llena de pequeñas lucecitas rectangulares, que no son otras que las procedendes de miles de móviles apuntando al escenario para inmortalizar el comienzo del ¿último? picotazo del Escorpión. Con truenos de fondo y luces láser apuntando al público empiezan a sonar, sampleados para la ocasión, los primeros acordes de “Coming Home” sobre los que se escucha la tenue voz de Mr. Meine mientras va entrando a paso lento, muy lento, sobre un escenario cuyo suelo se va llenando de humo, al más puro estilo de las actuaciones en TOCATA en los 80, haciendo un efecto precioso desde donde estábamos situados y que posiblemente no hubiese podido apreciar desde cualquier otro lugar del pabellón. La primera buena noticia es que, a pesar de que los movimientos de Klaus están acorde a los 76 añitos que tiene y la complicada operación de espalda a la que fue sometido recientemente, su peculiar e inimitable timbre de voz sigue totalmente reconocible, una vez que llega al centro del escenario ¡BOOOOM! Las luces del mismo cambian de color y la breve pero contundente intro de la batería de Mikkey Dee da paso a la parte rápida de ese temazo con el que comenzaba su “World Wide Live” y que siempre soñé con poder presenciar en directo cuando empecé a escucharlos ¡Misión cumplida!, el resto de la banda se posiciona en su lugar y aquello empieza a lo grande, el sonido me parece realmente bueno, exceptuando unos casi inapreciables desajustes en la guitarra de Matias Jabs que fueron subsanados al poco tiempo, todo sonaba bien, pero lo que me noqueó fue la pegada y el sonido de la batería, mirando las imágenes de la pantalla lateral, que teníamos literalmente al lado, cuando salía Mikkey Dee en ella parecía que sus brazos iban a salir volando. Por cierto, leyendo atentamente la letra de “Coming Home” días antes del concierto ya lo entendí todo, … para ellos el volver a casa es volver al escenario, y mi mujer, que tiene conocimientos geriátricos, siempre me dice que la gente mayor donde mejor está es en su casa, así que, tenedlo en cuenta aquellos que pedís su retirada, en realidad los estarías echando de “su hogar” y eso es muuuuy malo.

Tras el fugaz saludo de Klaus con un potente “Espaaaaña”, enlazan directamente con “Gas in the Tank”, único tema de su último álbum y en el que noto la voz de Klaus Maine incluso mejor que en “Coming Home”, me imagino que al ser de su última cosecha estará más adaptado a su situación actual. Durante este tema me doy cuenta de los rápido que han pasado todos estos años, desde aquel 1984 en el que disfrutaba con “Love at first sting” a este 2024 en el que lo sigo haciendo con “Rock Believer”, ya veis, “cuarenta años no son nada” y seguimos con gasolina en el depósito para aguantar unos cuantos más.

No solo Klaus es septuagenario, aunque no lo parezca, su compañero más fiel, Mr. Rudolf Schenker, tiene la friolera de 75 añitos, con lo que era otra incógnita su comportamiento en el escenario, y más teniendo en cuenta lo hiperactivo que suele mostrarse (recuerdo una vez, hace unos años, donde le vi darse un buen piñazo intentando hacer cosas que ya no podía), si bien le había notado mucho más comedido de lo habitual en las dos primeras canciones, con “Make it real” se apoderó del centro del escenario y empezó a desatarse corriendo por la larga pasarela para arengar al público cada vez que llegaba el estribillo, uniéndose a él por primera vez Matias Jabs en el momento del solo, por cierto, aprovecharon el inicio de este tema para proyectar la bandera de España a lo que el público respondió con enorme algarabío. También aprovechó Klaus, al que por cierto si que noté un poco “justito” en este tema para dirigirse a nosotros en un correcto español “Buenas noches Madrid ¿Cómo estáis?” y en darnos la enhorabuena por la victoria de España en la Eurocopa (Me imagino que no pensaría lo mismo el día de la semifinal con Alemania).

Tras el obligado saludo, hizo acto de presencia uno de los riffs más contundentes de la historia del Heavy Rock, convirtiendo el pabellón en un verdadero “Zoo”, un zoo lleno de dinosaurios que nos resistimos a nuestra extinción, durante el tema el bueno de Klaus no dejó de tirar baquetas al público con las que toca su pandereta. Llega un momento de respiro para la voz del voluntarioso vocalista con la instrumental “Coast to Coast”, pero en vez de tomárselo de descanso, cambió su chupa de cuero (frío no hacía la verdad) por una guitarra, uniéndose a la interpretación con sus compañeros para acabar todos juntos al final de la pasarela como para posar en una foto que no puede faltar en el álbum de los allí presentes, tremenda ovación la que se lleva este tema, como si de uno de los del final de la noche se tratase.

Llega uno de los momentos más esperados para mí, ya que iba a escuchar por primera vez en vivo dos temas del álbum homenajeado, “I'm Leaving You”, que me puso la piel de gallina y “Crossfire” que les quedó genial, sobre todo por esa especie de “marcha militar” que sale de la batería de Mikkey Dee, (Me dieron ganas hasta de desfilar), creo que los coros estaban enlatados cuando llegó ese perfecto “understand”.

Con “Bad Boys Running Wild” el pabellón se vino abajo, en parte gracias a que cada vez que llegaba el estribillo, Klaus cruzaba la pasarela para animar todavía más al eufórico público, no parece ser únicamente una de mis favoritas de la banda, si no la de muchos de los que allí estábamos.

La instrumental “Delicate Dance”, una especie de solo con acompañamiento para lucimiento de Matias Jabs, que estuvo muy bien durante todo el concierto. A decir verdad, toda la banda cumplió a la perfección su cometido esa noche, incluido el bajista Pawel Maciwonda que no dejó de interactuar con sus compañeros y tratar de convencernos de que es un escorpión más. Da gusto ver la entrega de la banda y como se les ve disfrutar sobre el escenario, teniendo en cuenta la pila de años que llevan en la carretera y que noche tras noche tocan los mismos temas, ciertamente el escenario parece “su hogar”. Este momento sirvió también de descanso, tanto para Klaus como para Rudolf que dio paso a otro guitarrista para que ayudase a su compañero. Nosotros aprovechamos el momento para buscar una mejor posición y ver el escenario en su plenitud, lo cierto es que desde la lejanía se mostraba un escenario majestuoso y el juego de luces era posiblemente de los mejores que he visto nunca en el pabellón, pero el sonido no era tan “perfecto” como en nuestro sitio.

Si, si, si … “Send Me an Angel” y “Wind of Change” son muy moñas y todo el mundo dice estar hasta los webs de escucharlas (Sobre todo los aficionados a Rock FM), pero siempre acaban convirtiéndose en uno de los momentos álgidos de sus actuaciones, y más cuando las tocan en su versión original y no en acústica como hacen en otras ocasiones. Que alegría me llevé en su día cuando “Wind of Change” fue elegida como el himno de la caída del muro y el fin de los “dos mundos” que existían hasta ese momento, una pena que tanto “hijo de Putin” quiera volver a las andadas no dejando de levantar nuevos muros (aunque sean virtuales). Me aventuré a inmortalizar el momento grabándolo con mi móvil, ya que mi hija me lo encargó, pero me fue imposible ya que en el afán de coger el mejor sitio, el personal de seguridad, con buen criterio, me pidió “amablemente” que abandonase las escaleras, en realidad no creo que sea problema que no lo pudiese grabar completo, ya que podría asegurar que prácticamente el 90% de los presentes sí lo hicieron y hay muchas versiones subidas a la red.

Aunque celebramos los 40 años de "Love at first sting", de todos es sabido que su disco más vendido, gracias principalmente a sus baladas, es "Crazy World" del que tocan "Tease Me Please Me”, que en directo siempre me ha gustado más que en disco. Gracias al aniversario podemos disfrutar en directo de otro tema nada habitual como "The Same Thrill", uno de los más "escondidos" del homenajeado disco y que dudo que hayan interpretado nunca.

Como ya he comentado, aunque la visibilidad era mucho mejor (bueno, para mí es mucho decir) en el lugar donde nos habíamos conseguido “colar”, el sonido, aun siendo bueno, no lo era tanto como en nuestro sitio, así que optamos por el mejor sonido y regresamos a nuestro “privilegiado” punto de partida.

Llegó el momento de lucimiento de Mikkey Dee a lomos de su elevadísima batería, con un solo de esos que no aburren y con el que demuestra porqué fue el elegido por la banda, se llevó muy merecidamente una de las grandes ovaciones de la noche después de aporrear sin piedad a sus tambores. Hablando de baterías, cada vez que veía la parte trasera del chaleco que lucía Klaus Meine, me acordaba del malogrado James Kottak al lucir en la misma, supongo que a modo de homenaje, el eslogan "Rock & Roll Forever" de la misma forma que el americano llevaba tatuado en su espalda y que enseñaba al público cada vez que finalizaba su solo.

Todavía mientras aplaudíamos a rabiar al baterista sueco, sonaron las sirenas a la vez que Rudolf corría desenfrenadamente por el escenario con su guitarra echando humo (tenía hasta tubo de escape), llegaba el momento de "Blackout", durante el cual toda la banda pisó un poco más el acelerador para regalarnos otro de los grandes momentos de la velada. Con su típico grito de "Are you ready Madrid?", Klaus dio paso a la festiva "Big City Nights" cuyo estribillo cantado por todo el pabellón se tuvo que oír hasta en Cibeles, el animado cantante volvió a hacerse de nuevo con su pandereta para dar un cariz todavía más festivo al momento.

Una vez vivida otra “gran noche en Madrid”, los protagonistas saludaron al público recibiendo una calurosa y merecida ovación ¿El final del show? ¡Qué no hombre! a estas alturas todos los que acudimos a este tipo de partidos sabemos que terminan con prórroga, y más si todavía no habían sonado dos de sus hits más importantes y pertenecientes a “Love at first Sting”.

Tampoco se hicieron esperar mucho para acometer el final con su ”ultramegahit” “Still loving you”, ese tema por el que todo el mundo empezó a conocer las “baladas hevies” y que tanto abrió las puertas a tantas bandas para sonar en todas las radios y televisiones del mundo. Hubiese sido el momento y lugar ideal para cantar a pleno pulmón un cántico que los aficionados al equipo que juega en ese mismo pabellón hacen con frecuencia, ese… “¿Cómo no te voy a queeerer?¿Cómo no te voy a queeerer?”, … pues eso, cómo no voy a seguir queriendo a una banda cuya música me ha acompañado estos 40 años, haciéndome reír, haciéndome llorar, haciéndome sentir ,… e incluso ayudándome a encontrar alguna “novieta” con sus famosas baladas ¡Amor eterno al escorpión!.

Y para terminar no podía ser otra, “Rock You Like a Hurricane”, si hubiese un medidor de felicidad y lo hubiesen puesto en el pabellón a esa hora, seguro que se hubiese desbordado por la parte alta.

Nuevamente bajaron los cinco músicos para recibir su merecido premio, con sus bien ganados “oooe, oooe, oooe” tan típicos de Madrid. Y Para rematar la faena, como perros viejos que son, se ganaron un plus de aplausos gracias a la camiseta de España que lució Mikkey Dee y sobre todo a la bandera que Klaus Meine hizo como suya.

En este momento que los conciertos están tan programados, ya sabíamos que eso había acabado, pero os aseguro que me dio la impresión de que si hubiésemos insistido con eso de “otra, otra, otra”, por la actitud y cara de satisfacción que vi en el rostro de los músicos, podría haber caído, como lo hizo en su “primera despedida” de 2015 cuando de forma imprevista nos regalaron “No One Like You” que no habían tocado durante toda la gira.

Pues esto ya había llegado a su fin, otra gran noche para el recuerdo con la duda de si será la última con otra de las bandas de mi vida. Poco importa que perdiese mi bus por un minuto, poco importa el insoportable calor que hacía en Madrid, … mi depósito de gasolina se había cargado para una buena temporada.

No soy mucho de tatuajes, pero si alguna vez me hago uno, será un escorpión que no deje de darme picotazos.

Setlist

Coming Home

Gas in the Tank

Make It Real

The Zoo

Coast to coast

I'm Leaving You

Crossfire

Bad Boys Running Wild

Delicate Dance

Send Me an Angel

Wind of Change

Tease Me Please Me

The Same Thrill

Solo de batería

Blackout

Big City Nights

Still Loving You

Rock You Like a Hurricane

¡Gracias Scorpions!, ¡Gracias Heavy Metal!

y recordad: “nunca dejéis de soñar”

PD: Agradecer por supuesto a Daniel Ferrero que fuese mi bastón y mis ojos en esta nueva aventura, “Gracias amigo, sin ti nada de esto hubiese sido posible”

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